Proyectos de desarrollo en Nicaragua

Proyecto

Construcción de una biblioteca y dos aulas de enseñanza en el colegio La Esperanza

Datos generales:

Localización: Barrio Carlos Martínez (La Chureca), sector de Acahualinca, Managua, Nicaragua, Centroamérica
Sector: Educativo
País: Nicaragua
Año de inicio: 2007
Plazo de ejecución: 4 meses
Estado del proyecto: Paralizado
Coste total del proyecto: 43.535 euros
Aportaciones económicas de: Caja Círculo (7.000 euros), AMYCOS (36.535 euros)

Población beneficiaria:

Tipología: Infancia
Nº de beneficiarios directos: 80
Nº de beneficiarios indirectos: 1.300

Breve descripción del Proyecto:

Construcción de una biblioteca y dos aulas de enseñanza en el colegio La Esperanza

El presente proyecto pretende llevar a cabo la ampliación del centro educativo La Esperanza, en La Chureca, mediante la creación de dos nuevas aulas de enseñanza para quinto grado, así como la construcción de una biblioteca para el fomento de la lectura de alumnos y padres. Con él se pretende ampliar la cobertura y la calidad educativa de los cientos de niños y adultos que viven en la Chureca, considerado como el lugar más pobre de todo el país.

Nota aclaratoria: Hasta la fecha Amycos únicamente ha podido apoyar el muro perimetral de la escuela. El plan que los gobiernos nicaragüenses y español están impulsando en este lugar nos ha hecho paralizar la ejecución de este proyecto a la espera de la evolución de este ambicioso plan del que se espera de beneficien la totalidad de las familias censadas en este lugar. 

El Barrio de Carlos Martínez es un asentamiento dentro del basurero de La Chureca. Este vertedero es el mayor de todo el país y está situado en la zona occidental del distrito dos, en el sector de Acahualinca. Allí, a las orillas del Lago Xolotlán, llegan cada día más de 1.000 toneladas de desperdicios de toda clase: desde residuos contaminantes de las industrias a desechos de hospitales, pasando por todo tipo de residuos domésticos. Centenares de niños y adolescentes trabajan hasta 12 horas al día en estos lugares, tratando de encontrar algún tipo de alimento o cualquier trozo de metal o plástico que luego pueda venderse, en un esfuerzo por guardar a sus familias del hambre. Permanecen expuestos a los humos de la combustión, enfermedades de la piel y las múltiples infecciones por cortes de cristal o cualquier otro tipo de heridas, por no mencionar la desnutrición y el analfabetismo. El contar con un centro educativo cerca de su lugar de trabajo y subsistencia es la única alternativa posible para al menos garantizar una escolarización básica hasta 3º de Primaria de los niños que habitan y trabajan en la Chureca. Las familias se resisten a abandonar el lugar porque el vertedero supone la mayor parte, por no decir la totalidad, de sus ingresos. Por esta misma razón la escuela se construyó dentro de ese mismo lugar, para facilitar de la manera más eficaz posible el acceso de sus habitantes a la educación, pese a que los niños y adolescentes pasan la mayor parte del día recolectando basura. Los más de 200 niños que acuden a la escuela La Esperanza reciben allí sus materiales escolares, además de una ración diaria de comida, con el fin de conseguir que, poco a poco, tanto los padres como los alumnos, vayan adquiriendo el compromiso de que los pequeños vayan a clase en vez de a recolectar basura. Por ello creemos que el dotar a la escuela de La Chureca de mejores medios, que posibiliten el esparcimiento y la cultura de los habitantes de este asentamiento, puede permitir alejar a estos niños de su vida cotidiana, al menos durante 7 horas al día, y conseguir que sus familias tomen conciencia de la importancia de su educación. En la actualidad existen 260 alumnos, aproximadamente, asistiendo a clases en el colegio de Nueva Esperanza. Estos estudiantes se encuentran en condiciones extremas de hacinamiento. El proyecto que se presenta pretende mejorar la calidad de la enseñanza y las condiciones para impartirla a una población directa de 80 personas. La construcción de la biblioteca permitirá, previo aporte de material necesario (libros de enseñanza, juegos….), el acceso a la lectura y al ocio de una población indirecta de 1.300 personas.