Son un modelo de trabajo que no esta especialmente extendido en nuestro país pero que en otras zonas del mundo, como América Latina o África, está suponiendo la salida de la pobreza para millones de familias.
La cooperativa se basa en la unión de productores o trabajadores de un área con el fin de abaratar costes y maximizar beneficios y, sobre todo, hacerlo de una manera comunitaria y equitativa. Con la premisa de que ‘la unión hace la fuerza’, las cooperativas buscan aumentar su presencia y poder en un determinado área de negocio gracias al reparto de trabajo y costes entre sus miembros, los cuales reciben también los beneficios repartidos a partes iguales.
La ONU ha decidido dedicar este año que comienza a reconocer su aportación al desarrollo socio-económico de algunas de las regiones más deprimidas del planeta y a difundir sus beneficios en sectores en los que su implantación está aún por comenzar.
Las cooperativas suponen una forma de trabajo comunitaria, en la que los miembros hacen y deshacen porque también son ellos los que trabajan. Este modelo da el poder de decisión al trabajador, alejándose del sistema de comercio internacional convencional y de los tan temidos ‘mercados’ que también pretenden hacer y deshacer pero desde el otro lado de la moneda.
Resultan especialmente recomendables en zonas donde la población puede ser extremadamente vulnerable a decisiones de agentes externos (otros gobierno, organismos internacionales o grandes empresas). Por eso, lo que empieza siendo una pequeña agrupación de recolectores de café o de mujeres que tejen piezas tradicionales, se puede convertir en el motor de desarrollo de toda una región.
Desde Amycos también apoyamos el modelo de las cooperativas como herramienta pata fomentar la autonomía de las personas más empobrecidas, y varios de nuestros proyectos de cooperación contemplan la creación o promoción de diversas cooperativas.
En el siguiente enlace podrás conocer el programa completo de las Naciones Unidas para este Año Internacional de las Cooperativas.