Asunción Bautista es una de las participantes del programa «Jóvenes Solidarios» en el que esta año ha participado AMYCOS. A través de esta entrevista puedes conocer cuál ha sido su experiencia de voluntariado y qué es lo que ha descubierto en Nicaragua.
– ¿Cuánto tiempo estuviste y qué hiciste durante tu estancia? Qué lugares visitaste, dónde te alojaste, …
Mi estancia fue del 06-07-07 al 06-08-07 al principio estuve realizando un curso de cooperación sobre la situación de Nicaragua y conociendo los diferentes proyectos de desarrollo de varias organizaciones y colectivos con los que colabora Amycos. Después realicé en Betania un estudio de la situación familiar a través de entrevistas personalizadas, un informe sobre la situación y expectativas de los jóvenes para que posteriormente las acciones que se desarrollen en la comunidad sean encaminadas a la problemática familiar ( salud, violencia de género, hábitos alimentarios, analfabetismo…). A la vez colaboré en un proyecto que se desarrollaba en dicha comunidad con los jóvenes, niños y adolescentes sobre educación en valores y responsabilidad en el desarrollo de la comunidad. Me alojé en la Casa de la Juventud de Managua y después en la casa comunal de la comunidad de Betania
-¿Por qué decidiste hacer ese viaje?
Tenía la inquietud y necesidad de conocer cómo se desarrolla la labor de las ONGs en esos países y cómo afecta a la comunidad.
También colaborar en dicha labor y aprender de las costumbres, valores de la gente de Nicaragua.
-¿Elegiste Nicaragua por alguna razón en especial?
Sí, para ver cómo un país rico en riquezas naturales está empobrecido y cómo el pueblo lucha por su desarrollo con el apoyo exterior.
-¿Cómo describirías la situación en la que viven sus habitantes?
Una situación de pobreza pero con el deseo que mejorar dicha situación.
-¿Qué es lo que más te llamó la atención?
El cariño, los valores y la lucha que tiene la mujer de Nicaragua.
-¿Cuáles crees que son sus principales carencias o necesidades cotidianas?
La alimentación, el agua potable, la vivienda, la educación superior, la falta de empleo.
-¿Cuáles son los principales problemas a los que debe hacer frente ese país, o sus habitantes? (Corrupción gubernamental, desigualdad, explotación de las multinacionales, …)
Explotación de toda la riqueza que tienen de recursos naturales por las multinacionales con la permisividad de los gobiernos del ¿primer mundo? y de su propio gobierno. Las deudas internas del país, el desigual reparto de las riquezas… Uno de los problemas fundamentales es que ellos empiecen a concienciarse de que el pueblo es el motor del desarrollo económico, educativo, social y que deben luchar para conseguir que mejore su situación. La ayuda externa en este caso y la religión ha parado este proceso de lucha, creando en la mayoría de los casos gente dependiente de sus ayudas y no partícipes de su cambio.
-¿Qué se puede hacer desde aquí para mejorar su situación?
Apoyar las ONGS como Amycos que favorecen el desarrollo del país haciendo partícipes directos a sus destinatarios. Concienciar al resto de la población de la situación del mundo por el capitalismo, consumismo y mal reparto de las riquezas. Ser coherente en tu vida, potenciar los valores como la solidaridad, igualdad y apoyo mutuo. Sentirte y hacer sentir a las personas como ciudadanos del mundo y responsables de la situación actual.
-¿Percibiste la llegada de algún tipo de ayuda a nivel internacional? ¿Entraste en contacto con otras ONG´s o cualquier otro tipo de organismo de cooperación…?
Sí, conocí la labor de Amycos en Nicaragua con sus diferentes proyectos, también entré en contacto con la labor de otros organismos de cooperación y colectivos favoreciendo el desarrollo en las comunidades.
-En tu opinión, ¿crees que el actual camino que estamos llevando en los países desarrollados es el adecuado para solucionar los problemas de desigualdad entre Norte y Sur? ¿Qué cambiarías?
Me gustaría contestar con este texto de Galeano que refleja muy bien lo que siento. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho a soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible: el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones; en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros; la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor; el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas; la gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar; se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juegan el niño sin saber que juega; en ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar; si no los que quieran cumplirlo; los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas; los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas; los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos; los políticos no creerán que la los pobres les encanta comer promesas; la solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo; la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero; nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene; el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra; la comida no será mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos; nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión; los niños de la calle no serán tratados como basura, porque no habrá niños de la calle; los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos; la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla; la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla; la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda con espalda; una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América, una mujer india, gobernará Guatemala y otra Perú; en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar los tiempos de la amnesia obligatoria; la Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo; la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas partes»; serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma; los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar; seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo; la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses, pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como