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Cesesma

Cesesma aparece en el 1992 y desde entonces “desarrolla su actividad enfocada en la promoción y defensa de los derechos de la niñez y la adolescencia, mediante procesos educativos de empoderamiento en escuelas y comunidades rurales”

Cesesma

“Apuntamos a que ellos sean gestores”, explica Marisol Hernández Méndez, coordinadora del área de prevención de violencia. “Con las capacitaciones queremos hacerles protagonistas”

Desarrollan su trabajo en 4 municipios de Matagalpa (La Dalia, Rancho Grande, Guaslala y San Ramón) y en un total de 96 comunidades circundantes a estos.

Su estructuración parte de tres áreas fundamentales (educación, prevención de la violencia y medioambiente), desde dónde desarrollan su actividad. Son cinco coordinadores dentro del equipo jefe, cada uno de ellos involucrado en un área concreta; a los que se les suman 15 facilitadores. La estrategia central es que los chicos a los que se les imparten estas capacitaciones, más adelante, se hagan promotores, difundiendo de igual manera todo su aprendizaje. “Parten de sus experiencias y conocimientos para fomentar el diálogo con los chavalos y chavalas”

“Tenemos el compromiso de fortalecer las capacidades de las personas capacitadoras. Muchos de los promotores pasan a ser referentes en sus comunidades”

“Aunque nos centramos en determinadas comunidades, ellos pueden expandirse a otras”

De esta manera, surgió el Proyecto de Niñez aprobado en San Ramón, desde los niños y para los niños. Hablamos de un instrumento jurídico que ha permitido enfocar esfuerzos para mejorar la calidad de vida de los más pequeños. “Hacemos un proceso de discusión y debate”, a partir del cual ellos proponen ideas y formas de mejora y desarrollo.

En todo este proceso, “en el que ellos se empoderan”, la organización también se hace responsable de su protección. “Supone un gran paso para ellos dejar el hogar para salir ahí fuera”, desde los posibles riesgos de trasladarse hasta el sitio en cuestión, hasta la violencia física y psicológica que pueda desarrollarse en sus propios hogares.

“Aquí recibimos personas que vienen a poner denuncias por violencia”, Cesesma ofrece su apoyo y gestiona su trámite con la policía.

Las capacitaciones van dirigidas hacia la educación sobre el medio ambiente, el teatro, la prevención de la violencia y la formación en la lectura, entre otras; trabajando de igual manera con padres y autoridades, “imprescindibles para completar el círculo”

“A la hora de tratar las capacitaciones, en ningún momento hablamos de culpables. Simplemente, son temas que les pueden interesar” “Nuestra actitud es no trabajar desde lo negativo”

Si las capacitaciones son grandes –de dos a tres días-, se ofrecen en los municipios, y es la propia organización la que costea el traslado y la manutención de estos jóvenes en las estancias fuera de su comunidad.

Todos y cada uno de los programas de formación tienen sus marcos estipulados sobre los que el capacitador desarrolla su trabajo, temas y líneas de aprendizaje que facilitan una educación más completa y formalizada. En lo referente a la religión, su posición es la de “analizarla desde la luz de los derechos”, pero aún “estamos empezando”. Trabajan el romper con la cultura del “no buscar como tener una idea u  opinión propia porque, al final, Dios resolverá”

Entre ocho y diez años es el tiempo necesario para un buen desarrollo de este aprendizaje. Las organizaciones colaboradoras (principalmente procedentes de Francia e Irlanda) suelen financiar parte de esta educación, Cesema se encarga de gestionar –mediante otros acuerdos y alianzas- el resto del programa. “En ningún momento hemos recibido ayudas públicas”

“Todo nuestro trabajo va enfocado a generar más participación y liderazgo. No son sólo los mayores los capaces de controlar la sociedad” “Tratamos de conseguir que ellos piensen: Puedo darme cuenta de qué me rodea, cómo me afecta y cómo puedo transformarlo”

En Nicaragua, “hay una crisis de valores, de personas”, asegura Marisol, “los niños se desmallan por no tener comida” “Los maestros llegan a impartir clases desde primero hasta sexto grado en primaria, ¿qué clase de educación es esa?” “No hay especialización”

En una realidad como esta, creada por adultos para adultos, tal vez, sea el momento de escuchar también a aquellas personas que, todavía hoy, no son más que “niños” Son personas, con ideas y valores, necesidades e inquietudes; con una visión aún no tan manipulada, marcada, por unas líneas sociales definidas, en muchas ocasiones, por unos poderes interesados en seguir empoderados.

Puede que sea el momento de cortar los hilos de la marioneta y puede que parte de la solución pase por escuchar a todas y cada una de las personas que componen el todo.

Gustavo Rodríguez