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Para crecer y abrirse hay que vivir una experiencia en el Cuerpo Europea de Solidaridad

Resumir mi experiencia de un año en unas pocas líneas no es nada fácil pero lo intentaré…

Para crecer y abrirse hay que vivir una experiencia en el Cuerpo Europea de Solidaridad

Soy Nawel Bensoltane, soy tunecina, tengo 28 años. Hice un voluntariado durante casi un año en un proyecto denominado “Burgos Solidaria y Sostenible” dentro del programa del Cuerpo Europeo de Solidaridad.

Antes de todo, procediendo del continente africano mi vida en Burgos ha sido completamente diferente y me ha encantado vivir en una ciudad pequeña pero impresionante porque puedes encontrar gente de todo el mundo y con el encanto de una catedral en el centro de la ciudad que le da un toque especial. Una belleza que la distingue de otras ciudades.

Ha sido una experiencia muy enriquecedora aunque a veces y especialmente al principio de empezar una nueva experiencia comunicarse con la barrera del idioma y hacer nuevos amigos puede ser difícil.

Pero se trata de seguir adelante y ser paciente contigo mismo para superar el período de ajuste.

Para mí, construir nuevas relaciones y comenzar una nueva vida no fue muy difícil y rápidamente establecí mi zona de confort creando buenas relaciones con amigos y amigas de diferentes nacionalidades y en especial con mis compañeras del piso Priscilla y Lydia  aunque nuestra cultura y  forma de vivir era bastante diferente y lo mismo pasó cuando en el medio del proyecto llegó la Lisa Diaz, otra voluntaria francesa con quien me quede hasta al final de mi proyecto.

Las relaciones humanas han sido muy importantes, cuidale, representan tu segunda familia y una fuente de aprendizaje continúa a lo largo de tu día a día, en el trabajo, en la comida, en los ratos libres y  en los viajes que organizamos.

La diferencia de opiniones y ver las cosas con los ojos de los demás te acercan a las diferentes culturas y civilizaciones y te harán más abierto al mundo ayudándote a crecer personalmente  y ver el mundo desde otra perspectiva.

De hecho, esto es lo que me pasó, y quiero agradecer a todas las personas que conocí de diferentes nacionalidades españolas, italianas, francés y muchas más.

Mis tareas en el proyecto se dividían en tres áreas diferentes, en una Huerta ecológica llamada Huerta Molinillo donde recogimos verduras, preparamos cestas para los socios del grupo de consumo que cada miércoles pasaban a recogerlas y quitamos muchas malas hierbas para cuidar las plantas. El Comedor Social, donde ofrecemos comida a personas inmigrantes dos días a la semana, reforzando mi deseo de ayudar a las personas más necesitadas; y el Apoyo Escolar donde  ayudabamos los niños y niñas de familias inmigrantes procedentes de diferentes países a aprender el idioma y a realizar sus tareas de la escuela.

Todo eso fue una oportunidad para aumentar la confianza en mí misma y encontrar la forma de ser efectiva y exitosa en cualquier tarea asignada.

Por lo que he vivido, diría que la cosa más importante es creer en ti mismo y si quieres hacer algo tienes que seguir ese sentimiento, esforzarte siempre, desafiarte a ti mismo, aprender cosas nuevas y superar los retos que se te presenten, porque una experiencia de voluntariado inevitablemente te convertirán en una persona más competente y capaz de adaptarse a cualquier entorno en el que te encuentres.

Así que si vas a leer estas palabras, te invito a vivir una experiencia similar, porque no te arrepentirás.