Amycos. Organización no gubernamental para la cooperación solidaria

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Engañar el tiempo, limpiar cebollas y ser buena persona

Soy Sacho Pedersen, soy danés y tengo 21 años. Durante el último medio año he hecho un voluntariado dentro del programa del Cuerpo Europeo de Solidaridad.

Engañar el tiempo, limpiar cebollas y ser buena persona

Realmente he trabajado en La Huerta Molinillo, un jardín ecológico con enfoque en sostenibilidad; en Apacid, una organización que organiza vivienda, trabajo y actividades para personas con discapacidad; y fui a clases de castellano en Atalaya, una escuela de castellano para inmigrantes enseñado por voluntarios.

Ahora es el final de abril y con ello el final de mi experiencia de voluntariado en el Cuerpo Europeo de Solidaridad. Hace 7 meses, cuando llegué parecía que tenía una cantidad infinita de tiempo y abril parecía inimaginablemente lejano. Pero cuando al final comencé a reflexionar sobre mi tiempo aquí, me pareció solo una pequeña gota de agua en un vasto mar de experiencias que habían pasado demasiado rápido.

Pero luego comencé a recordar días y recuerdos individuales, a leer mi diario y a hablar con mis amigos sobre nuestras experiencias, y de repente siento que, aunque solo hayan sido 7 meses, los recuerdos eran más que suficientes para llenar más que un año entero. La experiencia del voluntariado en el extranjero es justamente eso; las experiencias y recuerdos de años reunidos en una pequeña pelota de tiempo.

Durante los últimos 7 meses aprendí castellano, viajé por la mayor parte de España, limpié más cebollas de las que puedo contar, conocí a más personas de las que recuerdo y vi algunas de las vistas más hermosas de mi vida.

Me llevo experiencias para el resto de mi vida

He encontrado amigos para toda la vida y amigos para un día, he aprendido a aceptar el cambio y aceptar que las mejores cosas de la vida muchas veces son aquellas que no duran para siempre. Ir a un país extranjero que no conoces, un país donde no conoces a nadie, un país donde no hablas el idioma y un país donde las normas y costumbres son diferentes, no es algo fácil.

Sin embargo, esta es también la razón por la que es algo que vale la pena hacer y una experiencia que vale la pena tener. Estas son algunas de las experiencias que han tenido el mayor efecto en mí y aprender a adaptarme y acercarme a las personas son lecciones que traeré conmigo durante el resto de mi vida.

Si estos son algunos de los desafíos que te asustan a la hora de enviar esa solicitud y ser voluntario, creo que tienes que verlos como exactamente las razones para hacerlo. Es una experiencia singularmente individual que te permite ver el mundo con una mente abierta, tener un impacto en el mundo (aunque sería pequeño) y, tal vez igualmente importante, dejar que el mundo tenga un impacto en ti.

 

7 meses llenos de aprendizajes y recuerdos bonitos

Hola! Me llamo Emilia, tengo 19 años, soy de Alemania y he sido voluntaria del Cuerpo Europeo de Solidaridad en Burgos.

7 meses llenos de aprendizajes y recuerdos bonitos

Cuando me postulé para mi proyecto de voluntariado del Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES) de 7 meses en Burgos, España, estaba emocionada por salir del sistema escolar y aprender de una manera más práctica. Lo que me encantó de mi proyecto específicamente es que combinaba diferentes áreas, el trabajo social y la agricultura ecológica.

Estoy muy agradecida de haber podido vivir esta experiencia, de haber aprendido muchas cosas y a las personas encontradas. Esta experiencia me ha ayudado a tener más confianza, para encontrar y conectar con personas de horizontes diferentes. Así, he descubierto versiones nuevas de mi y he vivido muchos momentos especiales. Fue fácil hacer amigos, ya que hay muchos voluntarios del CES en Burgos que me han recibido desde el principio. Además, me gustó mucho tener amigos de diferentes culturas y edades, algunos de los cuales ya han terminado sus estudios y están pensando en casarse, mientras que yo acabo de terminar la escuela. He aprendido un montón de ellos.

Colaborando con varias organizaciones

La organización receptora es Amycos, con la cual he colaborado en varios proyectos. Dos días a la semana trabajaba en Huerta Molinillo, un huerto urbano que distribuye cajas de verduras ecológicas a sus suscriptores. Aunque a veces el trabajo era agotador debido a la rutina, rápidamente me hice amiga de otros dos voluntarios con los que compartí buenos momentos y conversaciones en el huerto.

Otra parte del proyecto fue Apacid, una asociación que ofrece actividades recreativas para personas con discapacidades intelectuales. Allí ayudé en actividades como baile, teatro, baloncesto y excursiones. Al principio, fue un desafío porque no hablaba español y tenía poco contacto previo con personas con discapacidad intelectual. A lo largo de estos 7 meses, aprendí mucho sobre la empatía, la comunicación no verbal y la importancia de prestar atención si alguien necesita ayuda.

También tuve la tarea de dar clases de inglés con otro voluntario en una escuela, Montessori. La clase estaba compuesta por 16 niños de diferentes grados y disfruté creando métodos de aprendizaje creativos.

Cuando no tenía actividades del proyecto, asistía a Atalaya, una escuela de idiomas fundada por jesuitas para inmigrantes y enseñada por voluntarios. Allí mejoré mi español y conocí a personas con historias inspiradoras. A veces escuchaba cosas realmente malas y me pareció admirable lo fuertes que pueden ser las personas. Al mismo tiempo, las lecciones fueron divertidas y nos lo pasamos muy bien, con sus muchos descansos para tomar café.

Podría seguir escribiendo más, pero espero que esto les dé una buena idea de mi proyecto. En general, fue una experiencia enriquecedora y aprendí mucho.

¡Espero que tengas la oportunidad de vivir algo similar!

 

Para crecer y ser más abierto hay que hacer voluntariado

Soy Akram Kachai, tunecino de 28 años. Participé 9 meses en el proyecto “Burgos Solidaria y Sostenible” del Cuerpo Europeo de Solidaridad.

Para crecer y ser más abierto hay que hacer voluntariado

Resumir mi experiencia de 9 meses en unas pocas líneas no hace justicia a la profundidad de lo vivido, pero intentaré expresarlo de manera sencilla. Provenir del continente africano y llegar a Europa supuso un cambio radical en mi manera de vivir. La ciudad de mi voluntariado, Burgos, es una localidad pequeña pero sorprendente, con una diversidad cultural enriquecedora y una catedral que adorna el centro de la ciudad, aportándole un encanto único.

Las relaciones humanas han sido fundamentales en este viaje, convirtiéndose en una parte esencial de mi crecimiento. Estas nuevas conexiones se transforman en una segunda familia, compartiendo trabajos, comidas, conversaciones y viajes, lo que permite conocer más sobre las distintas perspectivas y culturas, enriqueciendo enormemente la experiencia personal.

Mi trabajo en el proyecto se dividió principalmente en dos áreas: en la Huerta Molinillo, donde nos encargábamos del cultivo ecológico y mantenimiento de las plantas, y trabajando con personas con discapacidad. Una labor que me permitió comprender la importancia de la inclusión y el respeto por la diversidad. Esta experiencia no solo reafirmó mi deseo de ayudar a los demás, sino que también me mostró lo capaz que puedo ser al enfrentar y superar nuevos retos.

De esta vivencia, aprendí la importancia de creer en uno mismo y perseguir aquello que se desea con determinación, siempre dispuesto a aprender y superar obstáculos. El voluntariado en el Cuerpo Europeo de Solidaridad sin duda te prepara para ser un agente de cambio positivo en el futuro y te enseña a adaptarte a cualquier contexto que te encuentres.

 

Me marcho con el corazón lleno de gratitud por cada lección aprendida

Soy Hajer Bensoltane, una joven tunecina que ha participado durante un año como voluntaria de Amycos en el Cuerpo Europeo de Solidaridad.

Me marcho con el corazón lleno de gratitud por cada lección aprendida

Damas y caballeros, ¡bienvenidos a mi aventura disparatada en Burgos durante el último año! Todo comenzó el 14 de abril de 2023, y aquí estamos, casi un año completo después, el 10 de marzo de 2024. Permítanme pintarles un cuadro de mi primer día, comenzando con la entrevista para el Cuerpo Europeo de Solidaridad que no fue solo genial, sino helada. Tenía esta sospecha astuta de que terminaría siendo parte del equipo, ¿y adivinen qué? ¡Bingo!

Aterricé en Burgos, una pequeña joya de ciudad, donde el murmullo del río parecía susurrar cuentos antiguos y los monumentos se erguían como cómicos silenciosos, listos para hacer un chiste en cualquier momento. Cada rincón me tenía embrujado, y ahora estoy aquí para contarles sobre mi trabajo como voluntaria.

Entonces, ¿la situación de vivienda? Imaginen esto: un piso acogedor con dos compañeros de habitación. Una de Italia, a punto de terminar su estancia, y el otro, eslovaco, listo para sumergirse en la aventura conmigo. ¡Hablen de un cóctel cultural!

Ahora, vayamos al grano: el proyecto en sí. Comenzó con un tutorial relajado, dándonos a los novatos un vistazo a nuestro futuro. Fue bastante genial, como obtener un pase detrás del escenario antes de que comience el espectáculo. Luego, fue hora de sumergirse de lleno. Comencé a aprender español, gracias a Atalaya Intercultural, esta poderosa organización, y pronto estaba mezclándome con gente de todos los rincones del mundo: refugiados, voluntarios, ya saben. ¿Mi arma secreta? Hablar tres idiomas me convirtió en la chica de moda para charlar.

A medida que mi español pasaba de ser vacilante a sólido, mis responsabilidades crecían. Entré en Apoyo Escolar, trabajando con niños que, digamos, eran un poco rebeldes. ¿Ganármelos? Mi Everest. Les contaré si planté mi bandera en la cima más tarde.

Llegó el verano, ¡y con él, el campamento! Yo atendía todos los oficios, dirigiendo talleres de un lado a otro. Después del campamento, me di el lujo de hacer un viaje por Europa a Francia e Italia, que se convirtió en una especie de contratiempo en cuanto a la salud, pero bueno, todo terminó bien.

De vuelta en Burgos, mi plato se llenó aún más, haciendo malabarismos con traducciones, tareas administrativas y esas molestas clases de español, sin mencionar continuar mi búsqueda de ser el favorito de los niños en Apoyo Escolar.

En medio del caos, mi vida social era una comedia esperando suceder. Desastres culinarios, risas y carcajadas a paladas y momentos saboreados con amigos viejos y nuevos; todo estaba allí. Claro, estaba abrumada con el trabajo y los estudios, pero dominé el arte de hacer malabares con todo.

Luego vino un giro argumental: la boda de mi hermano. Una celebración navideña que no me habría perdido por nada del mundo. Ahora, mientras escribo esta historia de torbellino, estoy a solo dos días de regresar a Túnez.

Mirando hacia atrás, fui la triple amenaza: fuerte, inteligente y trabajadora. Y me marcho con el corazón lleno de gratitud por cada lección aprendida.

¡Brindemos por Burgos, la ciudad que me dio una historia para los siglos! ❤️

 

 

Llegar a un país del que no hablo el idioma

Me llamo Lenka Čapkovičová, soy de Eslovaquia y tengo 21 años. Hace un año que llegue a Burgos para empezar con mi voluntariado de largo plazo.Os cuento como está siendo mi experiencia.

Llegar a un país del que no hablo el idioma

Mucha gente de mi circulo tenía miedo cuando los decía que iba a vivir casi doce meses en un país totalmente diferente a Eslovaquia. Además de a “trabajar“ en una ONG, como voluntaria. Pero mi motivación era grande y no había nada que pudiera detenerme, así que vine.

La parte más grande del voluntariado la hice en el Foro Solidario, un centro que proporciona aulas a las organizaciones para tener clases o hacer actividades. También organiza talleres para niños o excursiones para personas mayores. Estuve participando en la mayoría de estas actividades además de en la parte administrativa.

Otra parte de mi proyecto lo realice en Atalaya Intercultural, una organización principalmente destinada a inmigrantes, para ayudarlos con el aprendizaje del idioma. Y también para ayudar a los niños con las tareas de la escuela –Apoyo- que era la parte en la que participaba.

Algo que debes saber es que, antes de venir aquí, mis únicas habilidades lingüísticas en español eran hola y que tal. Día a día y conversando con la gente mi nivel empezó a evolucionar. Después de 11 meses llegué a un nivel en el que puedo entender todo y más o menos también responder a todo.

Adquirir habilidades lingüísticas no fue el único beneficio. La mayor sorpresa que recibí fueron las nuevas amistades con personas de todo el mundo. Conocí gente de Italia con la que aprendí como hacer la mejor pasta. Conocí gente de países africanos que me mostraron un punto de vista diferente sobre la vida. También me hice amigo españoles que siempre me enseñaban vocabulario nuevo y útil.

También me ayudó con mis habilidades sociales porque tenía que trabajar con diferentes edades. Pude ver el mundo con ojos de niños en las clases de Apoyo y luego también con ojos de personas mayores. Fue genial observar como ambos se quitan la vida.

Ahora, cuando miro atrás y veo todo esto, estoy segura de que tomé la mejor decisión: venir aquí, salir de mi zona de confort, encontrarme con un mundo que nunca soñé.

Gracias Cuerpo Europeo de Solidaridad y Amycos por esta oportunidad.

 

Solo hace falta una maleta de 20 kg y un poco de voluntad

Noemí Tudesco nos cuenta su experiencia de voluntariado en Amycos como parte del Cuerpo Europeo de Solidaridad

Solo hace falta una maleta de 20 kg y un poco de voluntad

Tengo 25 años, soy italiana y estoy a punto de terminar mi experiencia de voluntariado en Burgos.

Han pasado más de 10 meses desde que llegué y todavía recuerdo las primeras sensaciones, los primeros días, los primeros paseos, las primeras tortillas de patatas. Quiero decir, todavía recuerdo todas las primeras veces que experimenté aquí, a pesar de que ahora estoy en la fase opuesta. Faltan seis días para el final de mi proyecto y estoy empezando a afrontar mis últimas veces. Admito que a veces me pongo un poco triste, pero también siento mucha gratitud por todo lo que he vivido aquí.

Llegué en septiembre con una sola maleta de 20 kg y toda la voluntad del mundo para vivir plenamente la experiencia de voluntariado. En ese momento tenía el deseo y la necesidad de nuevos desafíos, de sentirme incómoda, de salir de mi zona de confort y descubrir cosas nuevas, descubrirme.

Aunque no haya experimentado un verdadero choque cultural, ya que la cultura española es muy similar a la italiana, desde el principio, muchos de los estereotipos que tenía sobre España, pero también sobre otras culturas, empezaron a desmoronarse. Esto ha sido posible gracias a la creación de fuertes relaciones de amistad con otros voluntarios de toda Europa.

Un montón de actividades

Durante todos estos meses he realizado muchas actividades de las que he aprendido muchas cosas diferentes. La mayor parte del tiempo lo pasé en la oficina de Amycos, la organización que me acogió. Aquí tuve la oportunidad de acercarme al mundo del diseño y la gestión de proyectos, aprendiendo cosas que probablemente también me serán útiles en mi futura vida profesional. Luego organicé cursos de cocina con personas con discapacidades mentales, experiencia que me dio mucho a nivel humano. He participado en la realización de talleres en las escuelas y en la creación de contenidos didácticos. Esto y mucho más me ha llevado a acumular muchas experiencias y sobre todo muchos kilómetros de carretera.

Una de las cosas por las que estoy más agradecida por esta experiencia son todos los viajes que he podido hacer, los miles de kilómetros que hemos recorrido, cruzando España de norte a sur y de este a oeste, a bordo de un viejo coche. Seguramente el elemento del viaje ha sido fundamental este año y me ha permitido descubrir y maravillarme aún más ante los paisajes estupendos y una cultura riquísima de matices.

Finalmente, la parte fundamental de todo esto fueron los compañeros de viaje, amigos y amigas que conocí en esta experiencia, que me hicieron sentir como en casa. Me hace sonreír pensar que al principio de la experiencia, cuando me mudé a España, estaba dejando mi casa, y ahora que es el momento de volver, la impresión de saber que he dejado un pequeño trozo de casa esparcido por toda Europa.

2 maletas cargadas de experiencias

Ahora vuelvo a Italia con 2 maletas que pesan un total de 30 kilos, (porque minimalista lo aprenderé a ser otra vez) y toda la voluntad del mundo de llevarme cada uno de los momentos que he vivido, los buenos y también los malos. Porque hubo también aquellos, momentos de desesperanza, de tristeza, pero creo que precisamente aquellos me regalaron las enseñanzas más importantes y me permitieron descubrir nuevos lados de mi carácter que todavía no conocía.

Así que aquí está mi experiencia, hecha de desafíos, fatiga, desaliento, pero también de sentir que estoy en el lugar correcto en el momento adecuado, de crecimiento personal y de personas maravillosas. Una experiencia que me ha cambiado y enriquecido, que volvería a hacer y que solo puedo recomendar a cualquiera que tenga ganas de descubrir, y descubrirse.

Una experiencia, un voluntariado, mi historia

26.05.2023 – una reflexión extracta del diario de un voluntario para ti que quieres hacer un voluntariado

Una experiencia, un voluntariado, mi historia

Me llamo Antonio, tengo 28 años y en septiembre de 2022 empecé mi experiencia de voluntariado en España, en Burgos. Querido futuro voluntario, ya sea que te estés preparando para partir, o todavía estés considerando si hacerlo o no y/o estés buscando las palabras justas y varios testimonios que te ayuden; te confieso una cosa, no tengo muchas ganas de contarte los detalles de mi experiencia. Mi experiencia es mía y es una parte de mí que quiero cuidar celosamente. Te diré una cosa. ¡Parte! No lo pienses demasiado. Si estás buscando un cambio, buen rollo, nuevo oxígeno que te alimente, el voluntariado puede ayudarte; pero no mi experiencia, repito, ¡Es mía!

Una cosa que tienes que hacer antes de salir a ciegas para un voluntariado es evaluar el proyecto, es lo más importante, para que no te encuentres en un proyecto y ambiente que no te guste. Evalúa bien, busca un tema que te guste y mira si hay proyectos que te puedan interesar. Te diría también a dónde quieres ir, aunque yo no lo hice, solo leí un proyecto de sostenibilidad y solidaridad en una huerta ecológica en el norte de España y me fui. Encontré el proyecto en el portal europeo ESC (European Solidarity Corps), a partir de ahí envié mi solicitud y luego, después de una entrevista formal para verificar mis habilidades, me fui.

Ahora seguramente te gustaría saber más detalles de mi voluntariado, creo. Lo que puedo decirte es: sé cómo la página en blanco de un libro que debe ser escrito y de lo cual tú eres el escritor. No olvides quién eras antes de irte.

Algunos detalles: mi proyecto se llama Burgos Solidaria y Sostenible y esta coordinado por AMYCOS ONG. Gracias a ellos tuve la oportunidad de trabajar principalmente en una huerta ecológica que sensibiliza sobre el tema de la soberanía alimentaria, favorece los productos locales y produce de forma respetuosa para el medio ambiente.

Se llama Huerta Molinillo y está formada por un grupo de 5 personas que, a lo largo de los años, han realizado algo magnífico donde yo me he sentido partícipe durante todo mi proyecto. Te lo advierto, trabajar en la huerta es duro, no subestimes el trabajo físico. Sepas que allí habrá una «familia» que cuidará de ti, notará tus esfuerzos.

Podría hablarte durante horas sobre la huerta y lo bien que me encontré con ellos, pero no lo haré ya que con mis palabras puede que cambies de opinión. Estarás pensando que estoy loco. Un spoiler: si preguntas a Fiorina, Belén, Rafa, Isabel y Dominc podrán confirmar que un poco sí.

Dicho esto, repito, no quiero convencerte de hacer un voluntariado, no es mi intención, depende de ti hacerlo. Te he dado una visión general de las cosas, sin demasiados detalles; me gustaría que imaginaras sobre lo que podría ser tu experiencia y espero que la puedas vivir a tope, disfrutando de cada momento.

Poco a poco

Soy Agata, 8 meses de voluntariado en Burgos, y aquí están algunas de mis observaciones y pensamientos personales sobre esta época de mi vida

Poco a poco

No es fácil describir los últimos meses que pasé en Burgos porque fue una época muy extraña y desigual, a veces muy intensa, llena de altibajos, pero también de nuevos descubrimientos y sorpresas. La experiencia del voluntariado consiste en muchos elementos, algunos de ellos se pueden predecir y hasta cierto punto controlar. Otros son completamente impredecibles e independientes de nosotros. Sin embargo, lo importante es no desanimarse, enfrentar esta experiencia con mucha confianza y, a veces, simplemente «go with the flow».

Cuando decidí participar en el Cuerpo Voluntario Europeo uno de mis principales objetivos era el deseo de cambiar: cambiar el entorno, el trabajo, la cultura y el deseo de descubrir nuevas oportunidades. Siempre y cuando la experiencia del voluntariado se aborde con apertura, te permitirá lograr todos estos objetivos. Ofrece la oportunidad de aprender más sobre tus preferencias, habilidades, campos en los que te sientes seguro y competente, y aquellas que podrían mejorarse. El tiempo relativamente corto del voluntariado te permite explorar nuevas áreas y ampliar tus horizontes a través, entre otros, de la participación en actividades en las que no tenías experiencia previa. También te permite explorar tus propios límites, habilidades y hábitos.

Es imposible mirar el voluntariado sin subrayar la importancia de las personas que se conoce durante este tiempo. Esta situación tan particular en la que nos encontramos de repente nos anima a establecer nuevas relaciones con las personas, a veces inesperadas y sorprendentes. Los voluntarios, las personas que se conoce en el trabajo y durante diversas actividades, son una parte integral de esta experiencia. Estos conocidos, relaciones y conexiones son un valor en sí mismos, pero también una verdadera ayuda en realidad, a veces difícil por encontrarse en un país extranjero y en un entorno nuevo. Unos meses es poco tiempo, pero es suficiente para construir relaciones, a veces cortas pero sinceras con las personas que te encuentras en este camino.

Con un poco de mente abierta y compromiso, la experiencia del voluntariado puede ser una experiencia reveladora que señala nuevas direcciones en las que no se ha pensado antes y abrir todo un nuevo espacio de oportunidades.

 

Ir a un lugar desconocido para conocerse mejor a un@ mism@

Un voluntariado es una experiencia enriquecedora a diferentes niveles, pero también hay que estar lista para los imprevistos. Me llamo Milène e hice un voluntariado de 12 meses en Amycos y esto es lo que aprendí de esta experiencia

Ir a un lugar desconocido para conocerse mejor a un@ mism@

Acostumbrarse

Cuando haces un voluntariado hay que acostumbrarse a muchas cosas y eso al principio puede asustarte, no es tan fácil y se necesita tiempo pero no te preocupes que eso pasa a tod@s. Tienes un nuevo piso, nuev@s companer@s de piso, nuev@s compañer@s de trabajo, nueva ciudad, nueva cultura, todo es nuevo. Pero creo que es por eso que el voluntariado te aporta tanto, sales de tu zona de confort y así haces cosas que igual no hubieras hecho si te hubieras quedado en tu ciudad.

Cambios

Pero también hay que estar list@ para los cambios y ser flexible. Por ejemplo, por varias razones tuve que mudarme 2 veces, entonces otro piso y otr@s compañer@s. Pero eso hace parte de la experiencia y así aprendí aún más a adaptarme.

Personas

Las personas que conoces durante tu voluntariado, cambian mucho tu experiencia, conoces a gente de otros países, con otra cultura así que aprendes mucho de otras culturas también. Además, estáis tod@s afuera de vuestra país sin conocer a otra gente entonces pasas mucho tiempo con esas personas y las relaciones se desarrollan muy rápidamente. Sin esas relaciones, no disfrutarías tanto de tu experiencia.

Aprendizaje profesional…

Gracias a este voluntariado hice muchas cosas nuevas a nivel profesional que no hubiera hecho sin el voluntariado. Sobre todo porque el voluntariado no tenía nada que ver con lo que estudié así que tuve que aprender a hacer todas las cosas de oficina, tuve que aprender a apoyar los niñ@s a hacer sus deberes, a enseñar a jugar al fútbol personas con discapacidades. Entonces, he descubierto muchas cosas y he aprendido mucho.

y personal…

El voluntariado te ayuda a conocer tus propios límites, a saber lo que te gusta y no te gusta, a descubrir y apreciar tus cualidades, es decir a conocerte mejor, y eso es inestimable y te sirve para toda tu vida futura.

Durante esta experiencia, me parece que he aprendido más que durante 3 años de mi vida de antes. Todas esas cosas hacen que tu voluntariado te aporte muchísimo y hacen que esta experiencia sea inolvidable. ¿Qué esperas?

 

Siete meses llenos de experiencias inolvidables

Soy Paula, una chica austriaca de 18 años. Durante 7 meses he participado en un proyecto del Cuerpo Europeo de Solidaridad coordinado por Amycos

Siete meses llenos de experiencias inolvidables

Sin experiencia de ser voluntaria y justo después de mi graduación del instituto fui a Burgos para empezar mi aventura. Llegué directamente conociendo mis compañeras del piso majísimas de Francia e Italia y ya sabía que íbamos a tener unos meses tan bonitos juntas.

La gran parte de mi voluntariado incluía mi trabajo durante las mañanas en el Foro Solidario en Burgos. El Foro Solidario es un lugar del encuentro, un centro para distintas organizaciones y asociaciones en Burgos que trabajan con gente con necesidades, migrantes o jóvenes. Mis tareas eran ayudar en la organización general del Foro trabajando con calendarios y documentos y además el ámbito de los talleres para colegios, que hacían en el Foro Solidario. A veces habían más, a veces menos, talleres y actividades pero siempre organizaba los talleres próximos con las compañeras del trabajo incluso planificando nuevas temáticas.

Lo que a mí me gustó mucho del trabajo en el Foro era la variedad de los temas. Planeamos proyectos por ejemplo sobre los valores del mundo como el respeto y la solidaridad, la sostenibilidad y el cambio climático, la creatividad con la música y la danza, la globalización, la educación emocional o el autoestima. Para que los alumnos y alumnas aprendan lo más que posible sobre un tema, un taller incluye actividades distintas como hablar sobre la temática al principio, compartir sus pensamientos, jugar con los demás y después concluir con lo que han aprendido. Esta manera de hacer los proyectos solidarios para niños y niños me gustó mucho.

La música, un lenguaje universal

Sobre todo el taller de musicoterapia era una de las cosas más interesantes para mi durante todo el voluntariado. Todo relacionado con la música me fascina muchísimo y a través de este taller que di con otro monitor tuve la oportunidad de integrarme aún más en este tema de hacer música con niños y niñas. Ver como se puede tratar y hacer terapia con la música es muy interesante.

La música traté también en mi proyecto personal del voluntariado. Realicé un concierto solidario con mi amiga y compañera del piso, la voluntaria francesa en marzo 2023. En antelación planeamos todo el concierto y organizamos el lugar, las entradas, el programa, la publicación y todo necesario para hacer un concierto público. Fue una noche inolvidable en el salón de actos del Foro Solidario y me encantó compartir la alegría tocando música con los demás.

Conocía a mucha gente nueva en el Foro Solidario y era siempre bonito realizar talleres con diferente monitores y monitoras. Así podía aprender algo nuevo cada taller, pensando en las distintas temáticas o en el trato diferente trabajando con niños y niñas de cada monitor o monitora. En general pasaba un rato con tanto aprendizaje, diversión y práctica en el Foro Solidario.

Al lado de mi trabajo en el Foro Solidario también realicé voluntariado en Atalaya Intercultural. Una vez por semana hacía el apoyo escolar con mi compañera en una clase con alumnado del tercer ciclo de la escuela primaria. Les ayudamos con sus deberes del colegio en las asignaturas lengua, matemáticas e inglés. Enseñándoles métodos para estudiar, hacer ejercicios y estudiar para exámenes eran las tareas que las voluntarias hacían con los niños y niñas.

No sólo en el Foro y en Atalaya Intercultural sino también en Apacid cumplí un voluntariado durante meses. Por un lado hice paseos con los integrantes de la organización, por otro lado di clases de cocina con recetas internacionales. Apacid es una asociación para adultos con discapacidades intelectuales que ofrece actividades del ocio y cursos para sus integrantes.

Como formé parte de Amycossiendo voluntaria también participé en unas actividades de la organizacion por ejemplo fui a una charla de los cooperantes, hice la venta de productos del comercio justo en una feria y formé un botiquín de la solidaridad con un contenido informativo sobre los objetivos del desarrollo sostenible.

Desde mi punto de vista el voluntariado europeo era una de las mejores experiencias de mi vida. No me hubiera imaginado que fuera tan guay estar sola en el extranjero para unos meses aprendiendo mucho más sobre mi misma. Pero la verdad es que nunca estuve sola sino rodeada de gente amable y acogida. Me sentía integrada en la comunidad desde el principio, el primer momento cuando llegué. Podía salir totalmente de mi zona de confort comunicándome en otro idioma, conociendo a nuevas personas y nuevos lugares.

¡Gracias por esa experiencia maravillosa!