Proyectos de desarrollo en Nicaragua

Proyecto

Iniciativa de acción humanitaria en los Departamentos de la Región Autónoma del Atlántico Norte, Chinandega, Matagalpa y Granada en respuesta a la situación de desastre nacional propiciada por las lluvias de septiembre y octubre de 2007

Datos generales:

Localización: Departamentos de Chinandega, Matagalpa, Granada y la R.A.A.N. Nicaragua, Centroamérica
Sector: Ayuda Humanitaria
País: Nicaragua
Año de inicio: 2007
Plazo de ejecución: 6 meses
Estado del proyecto: Finalizado
Coste total del proyecto: 434.540 euros
Aportaciones económicas de: Amycos (10.000 euros)

Población beneficiaria:

Tipología: Población en general
Nº de beneficiarios directos: 68.633
Nº de beneficiarios indirectos: 100.000

Breve descripción del Proyecto:

Iniciativa de acción humanitaria en los Departamentos de la Región Autónoma del Atlántico Norte, Chinandega, Matagalpa y Granada en respuesta a la situación de desastre nacional propiciada por las lluvias de septiembre y octubre de 2007

La finalidad principal de este proyecto es lograr la mitigación de los efectos perjudiciales sobre la población damnificada por el desastre natural acontecido entre septiembre y octubre de 2007. Asimismo se pretenden también prevenir nuevos daños durante el período restante de lluvias mediante la provisión de alimentos, medicinas y otros productos de primera necesidad.

La ejecución de esta acción prevé la mejora de las condiciones de vida de las personas damnificadas alojadas en albergues provisionales cubriendo sus necesidades básicas de alimentación, ropa y calzado, administrándoles los útiles de cocina necesarios, garantizando el acceso al agua potable y facilitando la construcción de las letrinas provisionales suficientes y adecuadas. Asimismo se pretende facilitar la vuelta a los hogares de la población damnificada mediante la reparación con obras menores de sus viviendas y la reconstrucción de otras nuevas en caso necesario una vez haya finalizado el período de alerta por las lluvias. Se mejorarán las condiciones de salud de las personas que presentan patologías en general, priorizando las infecciosas causadas por la situación de desastre, brindando atención médica a l@s enferm@s de los albergues y de la población en general y fomentando la prevención de brotes epidémicos mediante la realización de brigadas de limpieza en las que se promoverá la participación comunitaria. También se priorizará el acceso al agua potable en todas las viviendas damnificadas y el desarrollo de varias actividades educativas para fomentar la higiene como medida preventiva de enfermedades. Por último, se pretende generar una situación de normalidad entre la población infantil para eliminar en la medida de lo posible el estrés psicológico originado por el desastre a través de la dotación de material escolar y de lectura y de la participación en obras de limpieza y reconstrucción comunitaria, y se intentará prevenir la hambruna mediante la siembra de productos como maíz y frijoles y mediante la vacunación del ganado.


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El Huracán Félix a su paso por Nicaragua el 4 de septiembre de 2007, afectó principalmente a la zona noroeste del Caribe. Arrasó 351 comunidades indígenas del norcaribe del país, dejando 102 muertos, 133 desaparecidos y cuantiosos daños materiales en 34.000 km cuadrados del territorio. Cuatro áreas protegidas, entre ellas el Parque Soslaya y los Cayos Miskitos fueron devastadas; las 680 mil hectáreas de bosque de pino destruidas podrían causar en la estación seca (sobre todo entre marzo y mayo), incendios imposibles de apagar. Además fueron severamente dañadas las cuencas hidrográficas de los ríos Coco, Wawa, Grande, Kukalaya y Prinzapolka. El Gobierno declaró estado de desastre en el Caribe Norte, alerta verde en nueve departamentos del país, y alertas amarilla y roja para los 13 municipios de Chinandega.

Durante los días posteriores se sucedieron fuertes lluvias en todo el país, lo que llevó a declarar, primeramente, la situación de alerta amarilla en el Departamento de Chinandega y verde en los Departamentos de León, Managua, Carazo, Rivas, Nueva Segovia, Madriz, Estelí, Jinotega y Matagalpa.

El 18 de octubre, ante la continuación de las lluvias, se declara el estado de desastre natural a nivel nacional.

En esta fechas, el jefe de Defensa Civil de Nicaragua, Coronel Mario Pérez Cassar, declara que entre los meses de septiembre y octubre, tras 50 días de lluvia, en las zonas del Caribe y el Pacífico, las localidades afectadas ascienden a 537 en 46 de los 153 municipios del país, resultando dañadas 22.000 viviendas y 37.287 familias damnificadas (unas 216.000 personas); al menos 260 personas han fallecido. Todo esto como resultado de las 36 incidencias pluviales en su distinta dimensión: huracanes, zonas de baja presión, ondas tropicales, ejes de vaguada y desbordamiento de ríos (con mayor gravedad e impacto la del Río Grande de Matagalpa).

Las principales causas de deterioro en la vida de los pobladores de las zonas geográficas afectadas vienen dadas por:

– Situación de desapariciones y muertes humanas.

– La obligación de desalojar viviendas y abandonar pertenencias personales.

– Aglomeraciones humanas en centros provisionales de albergue, sin condiciones sanitarias adecuadas ni medios de abastecimiento de alimentos suficientes.

– Generación de focos infecciosos y epidemias ocasionadas por las lluvias en sí, la complicación de las ya precarias condiciones nacionales de acceso a agua potable y saneamiento de la población, el hacinamiento humano en los albergues provisionales (con exposición a animales transmisores de serias enfermedades) y el desbordamiento del sistema público de salud.

– Alteraciones psicológicas: el estrés que se experimenta en este tipo de situaciones incrementa en un primer momento la capacidad de respuesta de la población, pero mengua la efectividad de la misma. La incertidumbre de la fecha de cese de las lluvias y los efectos aún peores que pudieran producirse, tanto en pérdidas humanas como económicas, generan una situación de vulnerabilidad psicológica en la población.

– La pérdida de cosechas y ganado, con repercusiones serias para la población a medio y largo plazo, que pudieran ocasionar situación de hambruna en caso de no sembrar de manera inmediata cultivos que puedan paliar las pérdidas actuales sufridas por una parte importante de la población.