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Centro de Educación y Promoción Agraria

Comúnmente conocido como el CEPA, es un centro de formación y capacitación de desarrollo humano que nace en el 1968 con el objetivo de “inculcar dignidad y despertar la consciencia del ciudadano nicaragüense”.

Centro de Educación y Promoción Agraria

Daysi Loza Granados es la coordinadora del centro en San Ramón y principal responsable del área de educación. “Lo que tratamos es que la gente se empodere”, nos explica, “como ser humano, vos tenes un derecho y si vos no lo defendes nadie te lo va a dar”

“En los 15 años de gobiernos neoliberales, el pueblo no tenía ni voz ni voto. El CEPA luchó por hacer ver que no se debía privatizar ni la salud ni la educación”

Primeramente, son los propios miembros del CEPA los que han de ser conscientes de su carácter como personas autosuficientes y después son estos los que lo transmiten en las zonas rurales. Parten desde el individuo y su crecimiento personal, para luego extenderlo al conjunto de la comunidad.

“Todo nuestro trabajo lo hacemos a través de la educación cristiana”

“La formación de la iglesia católica ha limitado mucho”, plantea Daysi, “nosotros vamos para la mansión de Dios y no importa lo que suframos”, suele ser la regla. En el Cepa, realizan su trabajo desde el cristianismo, pero a través del “evangelio liberador de Jesús”

“Antes sentían agradecimiento hacia el terrateniente. Fue muy difícil empezar a despertar la consciencia”

“Los 15 años de Revolución fueron una gran ayuda y no”, dice Daysi, y asegura que “el campesino empezó a tomar la mala costumbre de la donación”

El desarrollo de la mujer como ser humano también ha sido de vital importancia en su trabajo. “Luchamos porque la mujer se independizase del hombre” “En el campo, la mujer siempre ha estado restringida al hogar”

Y desde el apoyo a la mujer nacieron proyectos para su autodesarrollo (principalmente enfocados hacia la agricultura, apicultura, ganadería, carpintería y medicina natural) “Los proyectos empezaban con ideas suyas, de los grupos de mujeres de las comunidades” Estos proyectos se estructuraban y componían en el CEPA, que después los planteaban a otras cooperativas o comités (la mayoría de estas organizaciones eran españolas), consiguiendo entonces la financiación necesaria –reenvolvente en proyectos de producción- para su desarrollo. Resumiendo, el centro actúa como puente entre las comunidades y las organizaciones. “Nosotros tenemos la base y podemos operar con más eficacia.  Actuamos como carta jurídica de estas organizaciones”

La forma de trabajo del centro pasa también por encontrar personas en las comunidades interesadas en desarrollar su conocimiento y prepararse profesionalmente, “gente con espíritu de empoderamiento”, y mandarla a Costa Rica, Panamá o el Salvador para su aprendizaje. Allí se forman social y políticamente –en todo lo referente a la vida en sociedad (derechos y deberes)- y espiritualmente –en la Teología de la liberación[1]-. “La Teología y lo social van unidos”

Una vez formados como individuos y profesionales regresan a Nicaragua a transmitir todo lo aprendido, actuando entonces como promotores.

Otra de las estrategias de acción pasa por la concesión de becas a jóvenes estudiantes. “Se tratan de independizar sin poder”, lo que genera que existan “familias dentro de familias”, que en muchas ocasiones hace imposible su subsistencia –teniendo en cuenta que en la mayoría de hogares apenas hay espacio para los miembros originarios-.

“Queríamos parar eso y fomentar que el joven siguiese estudiando”

Pero no todo es de color rosa, en un primer momento, el CEPA recibía importantes sumas en términos de financiación –mucha de la cual procedía de España-, pero desde hace algunos años para acá, estas organizaciones colaboradoras han dejado de apoyar económicamente al centro, lo que ha dificultado su actividad, viendo una reducción considerable de sus fondos.

La única colaboración que mantiene actualmente el CEPA viene de la mano de Amycos, otra de las cooperativas para el desarrollo presentes en San Ramón. Juntos están llevando a cabo un proyecto de construcción de viviendas en Bailadora (una de las muchas comunidades del municipio), que tiene como fin previsto y fecha de inauguración mediados de Agosto.

“Amycos es nuestra única colaboración, nosotros ahora vamos decayendo” Sobreviviendo poco más que algunos proyectos de formación y educación.

“Ahora, prácticamente lo único que está funcionando es la educación cristiana” También se pretenden alianzas[2] entre el centro y otros interesados, que desarrollan en zonas rurales. Se suelen intercambiar capacitaciones o charlas.

El único ingreso de dinero del centro viene de unas clases de computación impartidas por un maestro de jueves a sábado durante seis horas diarias. La mitad de los beneficios se destinan al salario del profesor, la otra mitad al mantenimiento del centro.

Aunque no sean sus mejores momentos, durante estos 45 años el CEPA ha trabajado intensamente en el desarrollo de una consciencia en el pueblo Nicaragüense, rompiendo con la generalizada actividad asistencialista y despreocupada, para ahondar en una mucho más comprometida y humana.

Para poder vivir primero hay que saber que estamos viviendo. El pensar y entender lo que uno es y a lo que uno puede optar es imperativo para sentir que somos humanos, poderosos por nosotros mismos y no meros trabajadores en pos de un salario.

“Nosotros somos todos personas”

Gustavo Rodríguez


[1] La Teoría de la Liberación habla de un Jesús encarnado en la realidad, en cada uno de nosotros. “Él te pide acciones concretas para tu desarrollo, no que te castigues”

[2] Entendidas como pactos o intercambios.