Al menos una de cada tres mujeres da a luz sola o simplemente acompañada de familiares. Y en los países más empobrecidos, sólo el 13% de los partos están asistidos por personal debidamente cualificado, lo que tiene como resultado la muerte diaria de 1.000 mujeres en el momento del alumbramiento.
Tras estos datos se entiende a la perfección la importancia de la figura de las parteras, personas, habitualmente mujeres, que acompañan a las madres en el momento del parto y que, en muchas ocasiones, suponen el elemento esencial para mantenerlas con vida, tanto a ellas como a sus bebés.
Una formación relativamente sencilla en este tipo de asistencia puede salvar millones de vida en el mundo, sin embargo, todavía son muchas mujeres las que deben enfrentarse al parto solas por la falta de recursos y de personal.
Por esta razón, cada 5 de mayo las Naciones Unidas, a través de su Fondo de Población, recuerdan la importancia de esta figura y reclaman una mayor atención a sus necesidades y a su formación, con el objetivo de lograr que ninguna mujer más muera al dar a luz.
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